Su colección, formada por más de 3 millones de piezas, abarca desde antigüedades romanas y griegas, a cuadros y esculturas de la Europea Occidental, Arte oriental, piezas arqueológicas, Arte Ruso, joyas o armas. Su pinacoteca está considerada, junto con el Museo del Prado, como la más completa del mundo.
Historia
La historia del Museo del Hermitage está muy relacionada con la del Palacio de Invierno. Cuando la emperatriz Catalina la Grande llegó al poder mediante un golpe de Estado en Rusia, una de las primeras cosas que hizo fue establecer su residencia en el recién construido Palacio de Invierno.En el año 1764, Catalina compró una colección de 225 cuadros de pintura holandesa y flamenca en Berlín a Johann Ernest Gotzkowski. Fue entonces cuando comenzó a decorar el palacio con todo tipo de obras de arte que iba adquiriendo provenientes de Europa Occidental. Sólo el comedor estaba adornado con 92 cuadros. Los diplomáticos rusos en Europa estaban encargados de comprar todo tipo de objetos, cuadros, joyas, libros, documentos, para llevar al Palacio de Invierno.
Tras la revolución de 1917
Durante este siglo, el museo tuvo importantes pérdidas. Durante la década de 1920, se trasladaron 500 obras al Museo Pushkin de Moscú, para que el arte no estuviera tan centralizado en San Petersburgo. En los años 30, se trasladaron otras 70 obras, entre ellas pinturas de Rubens, Rembrandt o Tiziano. Sin embargo, el Hermitage también consiguió importantes bienes; durante estas mismas décadas se empezaron a nacionalizar todos los bienes que se encontraban en los palacios de la aristocracia rusa, y la mayoría de éstas fue a parar al Hermitage. Se recibieron todo tipo de obras de arte de los palacios imperiales, objetos arqueológicos del antiguo Egipto, documentos, monedas, arte de la época bizantina... Fue en esta época cuando, al aumentarse considerablemente su patrimonio, pasó de ser un museo de arte, a ser un museo de arte y cultura universal.A mediados de los años 30, se produjeron una serie de ventas de cuadros al extranjero, lo que supuso una gran pérdida para el museo. El objetivo de estas ventas, según la postura oficial, era la financiación del propio estado. Según voces discordantes, estas ventas no pueden justificarse desde ningún punto de vista. Se vendieron más de 2.800 cuadros, entre los cuales había 250 obras mayores y 50 obras maestras. Algunas piezas que no se vendieron volvieron al museo, pero éste perdió 48 obras maestras. Muchas de estas piezas fueron a parar a la National Gallery de Washington. Desde el año 1932 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, fueron saliendo obras menores del museo para ser vendidas o para distribuirse entre las distintas repúblicas soviéticas.
La Segunda Guerra Mundial
Con la entrada de las tropas alemanas en Rusia en el año 1941, se inició la evacuación de las obras del Hermitage. Fue la mayor evacuación de obras de arte desde la ocurrida durante la Guerra Civil Española en el Museo del Prado. Miles de voluntarios se dedicaron a embalar más de un millón de obras, para trasladarlas en tren hasta Sverdlovsk, en los Urales. Dos trenes pudieron llegar a su destino, pero cuando estaban preparando el tercero, comenzó el asedio a la ciudad por los alemanes, que duró 900 días, y que produjo la muerte de dos millones de habitantes de la ciudad. Mientras, los conservadores que se quedaron se dedicaron a salvar y llevar al museo todos los bienes que encontraban en otros palacios, y a proteger al propio museo del frío y de la nieve y de los ataques aéreos. Además, sirvió de refugio contra las incursiones aéreas alemanas, y hasta 12.000 personas vivieron allí hasta las primeras evacuaciones, en el año 1942. Las obras trasladadas a Sverdlovsk llegaron bien y allí se creó una nueva sección del museo para mantener los objetos y cuadros. No se dañó ni se perdió absolutamente nada.Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, el museo volvió a abrir sus puertas al público, con las obras evacuadas que volvieron a ser colocadas en su lugar de origen. Además, el museo tuvo que ser restaurado debido a todos los daños que había sufrido durante el asedio nazi, restauración que llevó varios años. En el año 1948, el Museo de Arte Contemporáneo Occidental de Moscú donó 320 obras de arte del siglo XIX y XX, entre las que se encontraban obras de Renoir, Matisse, Picasso, Monet, Van Gogh o Gauguin.
El Ejército Rojo a su vuelta de Berlín trajo numerosas obras de arte que acabaron en el Hermitage, sobre todo de obras impresionistas y postimpresionistas de colecciones privadas. Uno de los casos más importantes fue el del Altar de Zeus de Pérgamo que se lo llevaron de un museo de Berlín como botín de guerra, y que estuvo expuesto en el Hermitage hasta el año 1959. El museo y el ejército ruso recibieron muchas críticas por este robo de obras, pero el gobierno ruso alegó que fueron como una mínima satisfacción por la destrucción por parte del ejército nazi de obras rusas de incalculable valor, como los palacios de Peterhof y Tsarskoe Selo. Además, el gobierno ruso ha prohibido por ley la devolución de las obras en caso de que se demuestre que los dueños financiaron económicamente al régimen nazi.
Actualidad
El Museo del Hermitage se está expandiendo continuamente, y en la actualidad está colaborando en diversos proyectos en el extranjero, como los complejos de exposiciones del Guggenheim Hermitage en la ciudad de Las Vegas, EEUU, la reciente inauguración del museo Hermitage Amsterdam, en Ámsterdam, Holanda, o las salas del Hermitage en la Somerset House, en Londres, Reino Unido.Además, se llevó a cabo el proyecto cinematográfico El arca rusa de Aleksandr Sokúrov, un viaje al interior del museo, a su historia y a su contenido, rodada en una sola toma de hora y media de duración, sin cortes (plano secuencia). La película participó en el Festival de Cannes el año 2002.
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